Bizcocho de castañas

¡Buenos lunes, guerreros! Esta semana Kocina con Ka os trae una delicia otoñal. No puede pasar un otoño sin que en casa se coman al menos una vez castañas cocidas, que es de la forma que más me gusta degustarlas. Como sobraron bastantes, decidí buscar una manera de aprovecharlas y descubrí esta receta en el blog de Ana Sevilla (que os recomiendo porque es una pasada).
Os pongo la receta porque yo no la hice exactamente como ella, aunque las pautas generales sí que las saqué de allí.

¡A las kocinas!

Ingredientes

300 g de castañas cocidas
50 g de mantequilla
3 huevos
70 g de azúcar
1/2 sobre de levadura química
Una pizca de canela (al gusto, yo eché tres golpes con el dosificador de agujeritos)

Preparación

Como ya os he comentado, yo ya tenía las castañas cocidas con anterioridad, pero para cocerlas solo hay que ponerlas en agua con un chorro de anís y esperar a que ablanden. Unos 20 o 30 minutos, depende de la potencia de vuestra cocina.

1. Ponemos en el vaso de la Thermomix las castañas ya cocidas y secas y frías (yo preparé el bizcocho al día siguiente de haber cocido las castañas), 15 seg., velocidad 6. Reservamos en un bol y añadimos la canela y la levadura química.

2. Ponemos las mariposas y echamos la mantequilla y el azúcar. Mezclamos bien, hasta que se integren, un par de minutos a velocidad 3.5.

3. Separar las claras y reservarlas en el vaso de la batidora de mano.

4. Ir añadiendo las yemas una a una con la Thermomix a velocidad 3.5, sin pararla.

5. Montar las claras con las varillas de la batidora de mano. También se pueden batir al principio, antes de empezar la receta, con la Thermomix (4 min., 37º, v.4), pero en mi experiencia es mejor montarlas justo antes de utilizarlas para evitar que se bajen.

6. Pasar la mezcla de mantequilla, azúcar y yemas a un bol.

7. Añadir poco a poco y con movimientos suaves las claras.

8. Añadir poco a poco las castañas trituradas y la canela, también con movimientos suaves, para intentar que se nos bajen las claras lo menos posible.

9. Pasar la masa a un molde bien engrasado bien con papel de horno y hornear a 180 º unos 40 minutos. Esto siempre es subjetivo, que cada horno es un mundo. Sabremos que está hecho cuando al pinchar el bizcocho con un palillo, éste salga limpio.

El paso final, el que más nos gusta: coger un vaso de leche (porque el bizcocho es denso, ojo) y a disfrutar. Sabe a gloria bendita.