Todos los que tengamos hijos pequeños sabemos quién es Doraemon y los que os habéis sentado alguna vez a ver estos dibujos con ellos sabréis que este gato tan raro se desvive por los doriyakis. Los doriyakis son un dulce muy típico japonés. Lo que os enseño yo aquí es una versión, ya que los originales son más tipo bizcocho y el relleno original es de una especie de judía dulce llamada anko.
Si tenéis invitados para merendar y queréis sorprenderlos
esto es ideal, ya que es una receta rápida, sencilla y qué decir del resultado
final. No serás capaz de comer solo uno, ya verás.
Bueno, venga, que me enrollo, vamos al lío.
Para 12 doriyakis.
Ingredientes:
3 huevos
75 g de azúcar
1 cucharada de miel
150 g de harina de repostería (o harina normal y media
cucharada de levadura química tipo Royal)
5 cucharadas de leche
Nocilla o nutella
Empezamos:
1 Batimos bien los huevos con el azúcar, añadimos la miel y
batimos otro poco.
2 Añadimos la harina, tamizándola primero. Removemos hasta
que esté completamente integrada.
3 Añadimos la leche, removemos y dejamos reposar unos 15
minutos.
4 Cogemos una sartén antiadherente, cuidado con la que
elijáis, ya que si pega estáis fastidiados. La ponemos a fuego medio, dejamos
que caliente bien.
5 Cuando ya haya calentado la sartén, llenamos la cuchara y
la volcamos justo en el centro de la sartén, ya que así se quedará con la forma
redondita que queremos.
6 Cuando le salgan unas burbujitas es el momento de darle la
vuelta, lo dejamos medio minuto más y lo sacamos.
7 Repetimos así hasta que acabemos toda la masa, intentando
siempre llenar la cuchara con la misma cantidad para que nos queden iguales.
8 Cuando estén frías, cogemos una de las bases que acabamos
de freír, llenamos una cucharilla de nocilla y se la ponemos en el medio, y la
cerramos con otra base.
Yo esta vez me quede con ganas de rellenar uno de mermelada,
pero me acordé cuando ya los tenía todos rellenados. De todas formas, no quedó
ninguno: ¡volaron!
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