lunes, 27 de abril de 2015

Brioche

Otra semana más en las Guerras reposteras. Y para Kocina con Ka ha sido una gran semana, porque se ha pegado un buen atracón de brioche (y cómo estaba, de pecao mortal).

Esta receta está tomada del libro El rincón de los postres, de Verónica Losada, pero os voy a contar cómo la hice yo, que no es exactamente igual que como ella explica en el libro.

¡A las kocinas!






Ingredientes

Para la masa madre (que hay que preparar un día antes)

20 g de levadura fresca
25 g de harina
30 ml de leche templada


Para el brioche

La masa madre
290 g de harina
40 g de azúcar 
10 g de azúcar vainillado
20 g de azúcar invertido
50 g de mantequilla
5 g de sal
2 huevos
1 huevo para pintar



Preparación


Ponemos en un bol la leche y deshacemos la levadura en ella. Cuando esté bien deshecha, añadiremos la harina y mezclaremos bien hasta que se integre. Yo lo hice con un tenedor. Dejamos reposar la mezcla en un lugar donde no haya corrientes durante unas 20 horas.

Al día siguiente, en un bol grande, comenzamos a preparar la masa final. Primero batimos los dos huevos con la sal y los azúcares.
Luego añadimos la leche y la masa madre. Seguimos mezclando, yo para este proceso utilicé las varillas manuales.
Añadimos la harina. Es posible que las varillas ya no sean muy fáciles de manejar, podemos cambiar a un tenedor o incluso a las manos, si lo preferimos.
Finalmente, añadimos la mantequilla, que tiene que estar prácticamente derretida. Cinco segundos en el microondas serán suficientes para tener un coulant de mantequilla que se deshará como si nada.
Amasamos todo hasta conseguir una masa homogénea. Es bastante pegajosa, pero se maneja bien. Si veis que no la podéis domar, añadid más harina durante el amasado.
Dejamos reposar en un bol amplio y tapado con un paño húmedo durante un par de horas, hasta que doble su volumen más o menos. El tiempo depende de la temperatura a la que esté el lugar de reposo. En invierno tardará más que en verano.

Cuando haya levado, amasamos ligeramente y dividimos la masa en porciones. Yo hice 9 bolas para que me quedase una especie de tarta, pero también se puede amasar en 4 y que quede más tipo pan. Esto lo dejo a vuestra elección.
Recubrimos el molde que vayamos a usar con papel vegetal e introducimos la masa bien colocadita en su lugar definitivo.
Volvemos a dejar que dupliquen su volumen, aunque ahora tardará algo menos que cuando era una bola de masa solamente.

Cuando veamos que ya tiene un tamaño considerable, pintamos la superficie con huevo batido y horneamos a 170º durante 30 minutos más o menos. Yo tuve que ponerle un trozo de papel de plata por encima porque se estaba poniendo demasiado moreno.

Y ya está, veréis que en el horno sube que da gusto, y el olor que desprende es celestial. Espero que os animéis a probarlo porque no es nada difícil y el resultado es tan esponjoso que repetiréis seguro.


martes, 21 de abril de 2015

Bollycaos de nocilla



En el blog aún no lo puse, es el momento. Uno de mis hobbits (mis hijos) tiene debilidad por el chocolate, en cualquiera de sus versiones, le da igual. El problema es que al otro hobbit y a servidora no nos gusta nada, pero él a la nocilla le da un pase. Entonces siempre que puedo versiono una receta de chocolate a nocilla y hoy es el turno de los bollycaos. Tuve que hacerlos dos veces porque la primera no me gustó cómo quedaron y decidí tunear un poco la receta.









Ingredientes:
110 g de leche
12 g de levadura de panadería (yo uso de la marca Levital y echo medio dado)
50 g de aceite de girasol
1 cucharada escasa de esencia de vainilla
70 g de azúcar
1 pizca de sal
250 g de harina de fuerza
1 bote de nocilla (solo de 1 color)
Mantequilla para pintarlos.

Empezamos:
1 En un plato y ayudándonos con dos cucharas ponemos montoncitos de nocilla separados entre sí. Que queden en plan churro. Los metemos en la nevera mientras hacemos el resto.
2 Ponemos la leche, el aceite y la levadura en la thermomix y programamos 2 min, 37º, velocidad 3. A continuación ponemos la vainilla, el azúcar, la sal y la harina y programamos 4 min, vaso cerrado, velocidad espiga. Lo que sin thermomix vendría siendo diluir bien en leche templadita el aceite y la levadura, mezclarlo con el resto de ingredientes y amasar hasta que la masa no se nos pegue a los dedos.
3 Lo pasamos a un bol y dejamos reposar una hora.
4 Hacemos 12 bolitas de tamaño similar (yo nunca consigo que me queden iguales, pero al menos lo intento) y con un rodillo estiramos para formar un rectángulo. Ponemos lo más centrado posible los churretes de nocilla que teníamos en la nevera, sin que llegue a los bordes. Cerramos envolviendo bien la nocilla y enrollamos.
5 En una bandeja de horno ponemos papel de hornear y los colocamos ahí, no muy lejos, la idea es que se peguen entre ellos para que luego al separarlos queden tiernos por las uniones. Al menos a mí me gustan así. Unos 2 cm de separación serán suficientes.
6 Ponemos el horno a 180º con calor por arriba y por abajo. Mientras, los dejamos reposar tapados con un paño.
7 Horneamos 15 minutos y según los saquemos los pintamos con un poco de mantequilla.

Ya solo queda degustarlos. Espero que os gusten tanto como a mis hobbits, ya que hubo que esconderlos porque si no volaban.

lunes, 20 de abril de 2015

Palmeritas con (y sin) glaseado de nocilla

¡Feliz lunes, ejércitos!

Esta semana os traigo uno de las recetas más solicitadas en casa de Kocina con Ka. Las palmeritas. Cada vez que le pregunto a mi marido qué quiere que cocine, siempre me responde lo mismo: palmeritas. No falla. Y la verdad es que entiendo por qué lo dice: están de caer de culo.

Esta semana las he preparado con una cobertura de nocilla, que es la misma que utilice para los dónuts y que es ridículamente sencilla de hacer y queda espectacular, ya veréis.

¡A las kocinas!





Ingredientes (12-15 palmeritas)


200 g de mantequilla
300 g de harina
90 g de agua fría
1/2 cucharadita de sal
200 g de azúcar (para montaje)

Para la cobertura:
4 o 5 cucharadas de Nocilla
30-40 g de leche



Elaboración


1. Poner todos los ingredientes en el vaso de la thermomix (excepto el azúcar) y mezclar 20 segundos a velocidad 6.
2. Envolver la masa en papel film y dejar reposar 20 minutos en la nevera.
3. Estirar la masa con un rodillo enharinado sobre el papel film y doblar sobre sí misma en tres (primero bajamos la parte de arriba hasta el medio de la masa y luego subimos la parte de abajo hasta cubrir la que era la parte de arriba). Repetir unas 10 veces.
4. Volver a meter la masa en la nevera otros 20 minutos.
5. Repetir el paso 3.
6. Espolvorear la mitad del azúcar (más o menos) en la encimera y colocar la masa estirada sobre él.
7. Espolvorear el resto del azúcar por encima de la masa y pasar el rodillo por encima sin apretar mucho, lo justo para que el azúcar se incruste en la masa pero lo sigáis viendo.
8. Enrollar la masa desde los extremos hacia el centro. Primero coger del extremo derecho y enrollar hasta llegar a la mitad y luego hacer lo propio desde el extremo izquierdo.
9. Cortar rodajas de 1 centímetro de grosor aproximadamente.
10. Hornear a 180º C durante 10 minutos o hasta que doren ligeramente.
11. Dejar enfriar sobre una rejilla.

Cuando ya tengamos las palmeritas a temperatura ambiente, nos ponemos con la cobertura.

1. Poner en un cazo o olla pequeña la Nocilla.
2. Calentar a fuego medio mientras removemos bien.
3. Cuando ya esté casi derretida, añadir la leche.
4. Apagar el fuego y remover hasta que se integre y quede una crema semilíquida.

Finalmente, solo nos quedará recubrir las palmeritas con la cobertura. Yo lo hago así, pero me imagino que también se podrá echar por encima de la rejilla y dejar que recuda. De la forma que yo os explico a continuación se desperdicia menos.

1. Coger cada palmerita por los cantos e introducirla en la olla o cazo en el que hemos preparado la cobertura mientras aún está más caliente que fría. Es posible que os queméis un poquito, pero nada grave.
Yo intento dar un movimiento como circular o envolvente para que la cobertura quede homogénea, así no se ven chorretones (o al menos no tantos).
2. Volver a colocar las palmeritas en la rejilla hasta que endurezca la cobertura.

Las podéis guardar en una caja de galletas o en un tuper durante más o menos una semana, aunque ya os anticipo que no creo que duren tanto ;)

lunes, 13 de abril de 2015

Tarta de fresas



Estaba comprando cuando oí que me llamaban, «Gayofina, queremos estar en tu próxima gochadina», decían. Cuál fue mi sorpresa cuando me encontré una caja de fresones en oferta. No les podía hacer el desplante de dejarlos allí, así que me los llevé a casa. Para que no se sintieran solos, les acompañó también un paquetín de nata.
Tenía la idea de preparar la típica tarta de fresas con nata, pero no tenía ganas de poner el horno, ya que hacía bastante calor.

Así que qué mejor que un semifrío. Me pirran los semifríos, he de reconocerlo, son mi debilidad. Es un postre que siempre ¡siempre! triunfa. ¿Por qué? Porque ya puedes acabar de comerte una vaca entera que como son tan suaves y ligeros siempre entra un cachín de tarta. Además, en principio muchos de ellos cambiando la base o directamente sin ponerla pueden servir para celiacos.

Bueno, vamos al lío, aunque antes de nada tengo que avisaros de que es una tarta ideal para preparar de un día para otro.


Ingredientes:
180 g de galletas (yo uso tipo Chiquilín, muy de régimen todo)
90 g de mantequilla
9 láminas de gelatina neutra.
700g de fresas
250 g de azúcar
Zumo de medio limón
500g de nata para montar
250 g de mascarpone

Empezamos:
1 Ponemos a remojo la gelatina.
2 Primero forramos la parte de abajo del molde con papel vegetal. Metemos en la picadora de la batidora las galletas y las trituramos. Cuando ya estén bien desmenuzadas, añadimos la mantequilla y trituramos un poco más hasta que se haga una pasta. Laminamos unas fresas y las ponemos alrededor del molde. Reservamos en la nevera.
3 Trituramos las fresas con el azúcar y el zumo de limón, lo vertemos en un cazo y lo ponemos al fuego. Cuando rompa a hervir, apagamos el fuego pero no retiramos el cazo hasta pasado un par de minutos. ¡Ojo! Hay que remover mucho para que no se queme. Retiramos y ponemos 8 de las láminas de gelatina que teníamos a remojo, removemos bien hasta que queden bien disueltas
En thermomix: metemos las fresas, el azúcar y el zumo de limón, trituramos a velocidad 5 unos segundos. A continuación, programamos 10 minutos ,100º, velocidad 3. Muy atentos porque cuando queden un par de minutos tenemos que quitar el cubilete porque si no va a haber fiesta de la fresa en vuestra cocina, que sale que da gusto. Añadimos las 8 láminas de gelatina y mezclamos medio minuto a velocidad 4 sin temperatura.
Esperamos un ratito a que temple la mezcla
4 Montamos la nata (yo en batidora, que en thermomix nunca la hice ya que un familiar me dijo que estaba harto de hacer mantequilla queriendo hacer nata).
5 Mezclamos bien la nata con el mascarpone y con las fresas hasta que quede una mezcla homogénea. En thermomix, 10 segundos velocidad 4. Lo vertemos con mucho cuidado en el molde para que no se caigan las fresas que pusimos en el lateral y lo metemos en la nevera un par de horas.
6 Comprobamos que, aunque la tarta no esté totalmente cuajada (que no lo estará), la parte superior este más o menos firme y cubrimos toda la parte de arriba de fresas laminadas.
7 Ponemos en el vaso de la batidora unas 4 fresas y las trituramos, añadimos la lámina de gelatina que aún quedaba y batimos bien hasta que quede completamente disuelta. Pintamos bien toda la parte superior de la tarta con la mezcla que acabamos de hacer.
8 Volvemos a meter la tarta en la nevera hasta que esté totalmente cuajada. Una vez que ya esté, desmoldamos con mucho cuidado y a disfrutarla.

Si no quieres complicarte tanto, haz los pasos 3, 4 y 5, mete la mezcla en un molde de silicona y al congelador unas 5 horas. Así tendrás una tarta helada exquisita. Y si la gelatina es Vahiné, será una tarta libre de gluten.


Bizcocho 1, 2, 3, 4

¡Buenos lunes, guerreros! Esta semana kocina con Ka nos trae una receta fácil, fácil, facilérrima. El clásico bizcocho de yogur, pero con un pequeño cambio.

Para hacerlo un poco más saludable (poco, tampoco os creáis que es esto la panacea de la comida ligera) sustituí el azúcar blanco refinado por azúcar moreno, más natural y, por ende, más sano. Como el azúcar moreno no edulcora tanto y tenía miedo de que me quedase insípido, le añadí una pizca de canela para hacerlo más apetecible. Y vaya si lo conseguí. Está delicioso.

Si no os gusta la canela, también pensé en hacerlo con una cucharada de miel; lo probaré en otra ocasión, pero, vamos, que seguro que está bueno también, no me cabe ninguna duda.

Sin más dilación, aquí tenéis la receta del bizcocho más fácil del mundo.

¡A las kocinas!


Ingedientes


1 yogur
2 vasitos de yogur de azúcar moreno
3 vasitos de yogur de harina
4 huevos
1/2 vasito de yogur de aceite de girasol
1/2 cucharadita de canela
1 sobre de levadura química


Preparación


Precalentar el horno a 160 ºC

Se ponen todos los ingredientes en un bol y se baten con la batidora. *

Se introduce la mezcla en un molde aceitado y se deja reposar un ratito (mientras el horno se calienta, por ejemplo).

Se hornea unos 30-40 minutos a 160 ºC, hasta que al pincharlo con un palillo o con un cuchillo este salga limpio.

Y ya está, a disfrutar. ¿A que es fácil? Animaos a prepararlo y compartid con nosotras vuestras creaciones aquí o en nuestra página de Facebook.

* Si no tenéis batidora, se puede mezclar a mano con las varillas. Eso sí, os recomiendo que empecéis por los huevos, luego añadáis el yogur, después el aceite, a continuación el azúcar y finalmente la canela, la harina y la levadura mezcladas y, a poder ser, tamizadas. Facilita el trabajo una barbaridad.